A pesar de que el taller comienza a una hora en la que normalmente estamos apenas levantándonos, hemos llegado puntuales o incluso antes de la hora, porque despierta a tiempo y está listo para salir, e incluso me apura.
Llevan un libro de texto y le dejan tarea a diario, de lectura e investigación. Santiago lee, investiga y prepara su material absolutamente por iniciativa propia.
Y entonces pienso, una vez más, por lo visto con estos ojos, que la puntualidad y la disciplina para cumplir con lo acordado no necesitan "enseñarse", que son automáticas cuando existe el auténtico interés por aprender a hacer algo nuevo o aprender un conocimiento nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario