miércoles, 9 de julio de 2014

Puntualidad autónoma

Desde la semana pasada y aprovechando la oferta de los talleres de verano mi hijo ha decidido acudir a un taller de robótica. De todos los horarios prefirió el que comenzaba más temprano, en sus palabras, porque así le daría tiempo de hacer todo lo que quiere hacer en el día (!), y le permitiría seguir acudiendo a sus actividades que tiene por las tardes.

A pesar de que el taller comienza a una hora en la que normalmente estamos apenas levantándonos, hemos llegado puntuales o incluso antes de la hora, porque despierta a tiempo y está listo para salir, e incluso me apura.

 Llevan un libro de texto y le dejan tarea a diario, de lectura e investigación.  Santiago lee, investiga y prepara su material absolutamente por iniciativa propia.

Y entonces pienso, una vez más, por lo visto con estos ojos, que la puntualidad y la disciplina para cumplir con lo acordado no necesitan "enseñarse", que son automáticas cuando existe el auténtico interés por aprender a hacer algo nuevo o aprender un conocimiento nuevo.

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